En algún momento de nuestras vidas, la mayoría de nosotros hemos tratado de comer mejor. Pero mientras cambiamos rutinariamente lo que comemos por nuestra salud física, como perder peso, reducir nuestro riesgo de diabetes o hipertensión, rara vez prestamos atención a cómo nuestras elecciones de alimentos afectan la salud del órgano más complejo de nuestro cuerpo: el cerebro.
Si eres de los que pensaban que la meditación se presentaba como una solución demasiado “mística” para algo tan terrenal y mundano como nuestro ajetreado día a día, ya ves que nada más lejos de la realidad: sus beneficios son muchos y están indicados precisamente para cuando nuestras tareas cotidianas se complican y acaban afectando a nuestro bienestar. Toma nota: hay vida más allá del estrés.
Perseguir una Misión no solo nos hace más felices. También nos protege más del cambio tecnológico.
Cuando comes algo cargado de azúcar, tus papilas gustativas, tu intestino y tu cerebro se dan cuenta. Esta activación de su sistema de recompensa no es diferente a la forma en que los cuerpos procesan sustancias adictivas como el alcohol o la nicotina: una sobrecarga de azúcar aumenta los niveles de dopamina y lo deja con ganas de más. Nicole Avena explica por qué los dulces y las golosinas deben disfrutarse con moderación.
Cuando ponemos a los demás en primer lugar, establecemos conexiones más profundas y ayudamos a quienes nos rodean a evitar el agotamiento.
Ya sea sentados alrededor de la mesa de la cena familiar o comiendo un sinfín de bocadillos en una fiesta, los días festivos significan comida. Mucha comida. Puede ser difícil evitar exagerar, pero es posible. Si está organizando una comida o fiesta, o asistiendo a una, pruebe estos consejos para mantenerse saludable durante las fiestas.
Los efectos beneficiosos de la música sobre la salud mental se han sabido por miles de años. Los filósofos antiguos desde Platón hasta Confucio y los descendientes de Israel cantaban las alabanzas musicales y las usaban para calmar la tensión. Las bandas militares utilizan la música para desarrollar confianza y coraje. Los eventos deportivos proporcionan música para incitar el entusiasmo. Los niños en la escuela usan música para memorizar el abecedario. Los centros comerciales ponen música para atraer a los consumidores y mantenerlos en la tienda. Los dentistas ponen música para calmar a los pacientes nerviosos. La investigación moderna apoya la sabiduría convencional de que la música beneficia el estado de ánimo y la confianza.
De forma voluntaria, Wim Hof puede controlar su sistema nervioso vegetativo y con ello su sistema inmunológico, algo que se creía imposible. Podría ser que Wim Hof fuera sencillamente un superhombre destinado a logros ajenos al resto de la humanidad. Pero él está convencido de que, con el adecuado entrenamiento, todos podemos hacerlo. Los numerosos estudios que los científicos realizaron en su cuerpo le llevaron a comprender que tenía una misión: difundir su método para que todos los seres humanos sean más fuertes, más resistentes y más felices.